Resumen
El problema es este: al enfrentarse con la extinción, a la especie humana se le podría presentar al fin una ética genuina, con un sentido de lo que la especie debe a la localidad (ethos) y a aquellos más allá de su propia vida orgánica (el futuro). O tal vez sea la posibilidad de la aniquilación lo que destruya a la ética de una vez por todas. Cierto, si la ética es la cuestión de cómo se debe vivir, de la simpatía con los demás, de un arte del yo, o de la creación de una virtual comunidad, entonces parecería ser el proyecto menos apropiado y viable para el presente. Si consideramos que la ética es el arte de la auto-formación, podríamos argumentar que ese arte está alcanzando su límite, y más aún, que fue precisamente una concepción de lo ético como autoproducción, automantenimiento y autorreconocimiento continuo lo que frenó el interés por el entorno en el que se desarrollaba esa autoproducción.